Un hombre danés mira cómo su madura esposa asiática se toca en el balcón apasionadamente pensando que nadie la ve, la parte más divertida que ella nunca supo que él estaba viendo. Se da placer usando poses provocativas y obteniendo esa mirada de belleza escandanava con ojos que ofrecen la fruta prohibida que los espectadores no podían perseguir.