Mientras mis abogados se presentaban en el gimnasio, él estaba en la colchoneta, yo en las máquinas. Flexionó, haciéndome juego con los músculos de sus pies. No era el tipo de cosas que se escuchaban en otros lugares, no era algo para ser visto u oído por otros. Fue un momento privado e íntimo entre padre y yerno.